Primero, debemos entender que es absolutamente normal que nuestros hijos demanden, pidan y tengan deseo de todo y en todo momento. Pero esto es imposible de ser satisfecho, y tampoco es sano para él. Marcando pautas claras desde el nacimiento, mostrándole lo que puede y no puede hacer, vamos construyendo el antídoto para el berrinche: Poniendo límites y los "NO" bien claros. Si bien cada familia y cada hijo es único e irrepetible, detrás de un límite está siempre la necesidad de nuestros hijos de ser contenidos y la nuestra de contenerlos.
TEMA 3. Cómo estableces los límites apropiados sin sentir culpa ni excederse
